Los Netcenters: negocio de manipulación

Illustration by Jason Reed

Esta es una versión breve de la publicación realizada en febrero 2018.

Los netcenters no son simples grupos de troles: son servicios que ofrecen agencias digitales para influir en la conversación pública en redes sociales. Su función es fabricar tendencias, atacar adversarios o mejorar la imagen de un cliente —político, empresa o figura pública—.
En esencia, venden manipulación digital como si fuera marketing.

Evolución de los netcenters

Netcenter 1.1:
Nació en los primeros foros y secciones de comentarios de medios digitales. Eran grupos pequeños, coordinados para inundar de mensajes favorables o negativos una discusión. La consigna era clara: quien más comenta, gana.

Netcenter 1.2:
Con la expansión de Facebook y Twitter, el fenómeno se profesionalizó. Surgen oficinas donde jóvenes manejan decenas de perfiles falsos, reciben instrucciones diarias y usan herramientas para automatizar interacciones. Las agencias comienzan a ofrecer “paquetes” de popularidad: seguidores, likes, retuits, posicionamiento.

Netcenter 1.3:
La versión actual es más sofisticada y rentable. Combina perfiles reales, falsos y bots para construir narrativas completas: campañas de desprestigio, ataques coordinados, o crisis artificiales.
El objetivo ya no es solo influir, sino controlar el relato. Las operaciones se diseñan con análisis de datos, horarios de publicación y guiones de respuesta. Se paga por resultados: tendencias, percepción favorable o daño reputacional.

Cómo funciona el negocio

  1. Venta de influencia. Agencias ofrecen miles de seguidores o interacciones falsas para dar apariencia de popularidad.

  2. Operación coordinada. En oficinas —los netcenters físicos— coordinadores asignan tareas a equipos que manejan perfiles falsos o bots.

  3. Campañas de contraste. Se dirigen ataques digitales contra políticos, periodistas o activistas. Se mezcla verdad con mentira para hacer verosímil el relato.

  4. Amplificación. Los mismos mensajes se repiten desde distintas cuentas hasta convertirlos en tendencia, generando la ilusión de consenso.

El caso de Guatemala

Guatemala se convirtió en uno de los ejemplos más claros de cómo los netcenters pueden capturar el debate público.
Durante los últimos años, operaciones digitales coordinadas han servido para defender a funcionarios investigados por corrupción y atacar a periodistas, fiscales o activistas.
Investigaciones locales y reportes de organizaciones de derechos digitales han identificado redes de cuentas falsas, algunas administradas desde agencias de comunicación que trabajan con fondos públicos o privados.
Estas redes han usado acoso sistemático, desinformación y manipulación emocional para deslegitimar voces críticas, influyendo en la opinión pública y debilitando la confianza en los medios independientes.
En este contexto, el término netcenter se volvió parte del vocabulario político guatemalteco: sinónimo de propaganda encubierta, acoso digital y manipulación pagada.

Por qué importa

Los netcenters distorsionan la conversación pública. Simulan apoyo, fabrican polémicas y erosionan la confianza en la información.
La ciudadanía termina atrapada en un ruido artificial donde lo que se premia no es la verdad, sino la estrategia.

Qué hacer frente a ellos

  • Regular y transparentar la publicidad digital política.

  • Educar sobre cómo funcionan estas redes y cómo detectar contenido manipulado.

  • Exigir responsabilidad a agencias, partidos y plataformas que se benefician del engaño.

  • No alimentar el ciclo: no compartir sin verificar y denunciar comportamientos abusivos.

Si quieres leer el post original sigue este enlace: Los Netcenters: negocio de manipulación